"No puede haber libertad en una comunidad que carece de la información necesaria para detectar la mentira".
Walter Lippman:
Gráficos
* Revista El Gráfico (50 % Torneos y Competencias, 50% Grupo Uno).
* Uno Gráfica: Diario Uno; Primera Fila
* Diario La Capital (Rosario. Multimedios La Capital).
* Diario Uno (Entre Ríos)
* Diario Nueva Hora (De Multimedios La Capital)
* Revista Poder (con participación minoritaria de Carlos Ávila)
Radio
* La Red (90 % Torneos y competencias y 10% Grupo Uno Vila - Manzano).
* Radio Rivadavia ( Luis Cetrá y Grupo Uno se desconoce %)
* AM Nihuil
* FM Brava
* FM Latinos
* FM Montecristo
* FM Ayer
* Rosario Difusión SA (LT3)
* Voces SA (LT8)
* FM Cadena 100.
* FM Estación Del Siglo.
* FM Meridiano.
* LT15 Radio del Litoral (Concordia)
* LT 41 Radio Gualeguaychú
* LT 39 Radio Victoria
Televisión
* Supercanal Holding ( 51,2% Grupo Uno -Vila - Manzano- ; 28,2% MasTec - Mas Canosa -; 20 % Grupo Clarín). Del 51,2 % del Grupo Uno: 97,3% Familia Vila; 2,7% Manzano a través de Integra Financial Services.
* Canal 7 (Mendoza.)
* Canal 6 (San Rafael)
* Canal 2 ( Santa Fe)
Distribuidoras/ Señales y Cables locales
* Señal Cablevisión Noticias (CVN).
* Horizonte (Mza.)
* Supercanal (Mza.)
* Trinidad TV (Mza.)
* CTC Cable (San Rafael)
* Telecable (Godoy Cruz)
* Su Canal (Luján de Cuyo)
* Pehuenche Cable (Malargüe)
* Cablevideo
* Señales Canal 4; Canal 11 y Río Canal.
Digitales e Interactivos
* La Capital.com
* Airlink
Telecomunicaciones
* Supertelco SA
[Fuente: Página web de la Cooperativa La Vaca, Bs As, Arg, página visitada el 27abr07]
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Información
05 dic 01
Manzano y Vila: Medios de comunicación y policía
Las Tropas de Operaciones Especiales de La Santafesina SA custodiaron a José Luis Manzano y a los hermanos Vila e impidieron que los socios menores del Multimedios La Capital ingresaran al histórico edificio de Sarmiento y Santa Fe, en la ciudad de Rosario, el pasado miércoles 5 de diciembre. El hecho no apareció en ningún medio de comunicación provincial pero evidenció la situación de la principal empresa comunicacional santafesina y el rol del poder político frente a un grupo varias veces denunciado por evasión fiscal y lavado de dinero. En medio de la angustia que generaron las recientes medidas económicas y a dieciocho años del inicio de la democracia de transición, el titular de la Seguridad provincial, un ex hombre del Servicio de Inteligencia del Estado, hizo una reivindicación de la mano dura y del sistema del borrón y cuenta nueva sobre los delitos atribuidos a los integrantes de la policía provincial.
La mejor policía del mundo
-Que te quede claro. En todas las demás empresas del multimedios pueden hacer lo que quieran. Pero acá, en La Capital, ni siquiera pueden pisar -le dijo en voz baja, característica personal, Tomás Gluck, delegado ejecutivo del diario fundado por Ovidio Lagos el 15 de noviembre de 1867 al "Bocha" Lagos, descendiente directo de aquel colaborador de Justo José de Urquiza en los tiempos de la Confederación Argentina.
-Vos también escuchame a mi. Hasta el día de tu muerte me vas a implorar que te deje tranquilo de la cantidad de veces que vas a tener que presentarte en los tribunales por todo esto -le contestó el otrora todopoderoso señor de ilustre apellido.
Era el miércoles 5 de diciembre. Los tacheros que siempre esperan algún pasajero errante vivieron horas de ficción. El espectáculo desplegado ante sus ojos les despertó la imaginación.
-Se ve que encontraron una célula terrorista enfrente del diario. No viste que están los cosos esos de las TOE -le decía uno de los taxistas a un también sorprendido peatón.
Desde la mañana hasta pasada las cinco de la tarde, más de una veintena de hombres de las Tropas de Operaciones Especiales, ataviados de su uniforme que remeda el de los comandos norteamericanos, aquellos de la serie de películas "Rambo" y exhibiendo sus armas de guerra, tomaron posición en distintos lugares del edificio.
-Parecía Colombia -dijo uno de los redactores del centenario matutino rosarino. "Cuando pasé el segundo retén les sugerí que ya que estaban ahí por qué no se llevaban detenidos a los verdaderos delincuentes que eran exactamente a quienes estaban custodiando", dijo un viejo ex trabajador de los medios de comunicación santafesinos.
Los vecinos del barrio se asustaron, pero nadie dio una sola explicación de la presencia de las TOE.
Un cuerpo de élite de La Santafesina SA que depende directamente del jefe de la fuerza y que solamente se ocupa de hechos muy especiales.
Según cuentan los oficiales de La Santafesina SA, en un reciente congreso internacional de fuerzas policiales de diferentes países, reunido en Tierra del Fuego, se calificó a las TOE, de parte de los franceses e ingleses, como la mejor policía del mundo.
En realidad no se trataba ni de una célula de Ben Laden o la presencia de una "oficina" de narcos en pleno centro rosarino, sino de un pedido expreso de custodia realizado por los máximos representantes del Multimedios La Capital para que ni Carlos María Lagos ni Orlando Vignatti pudieran ingresar a la casa de calle Sarmiento.
Desde la entrada hasta los ascensores, los expertos de la élite santafesina defendieron las posiciones asignadas desde la mismísima cúpula policial. Como no hubo planteo alguno sobre por qué se generó semejante operativo, José Storani, titular de la fuerza, no gastó una sola palabra al respecto. Se ha constituido un verdadero secreto de estado.
Lo cierto es que hasta el día de la fecha, en la página dos del diario se puede leer que el presidente del grupo es Daniel Eduardo Vila; el delegado ejecutivo, Tomás Gluck; y el comité editorial está compuesto por Daniel Eduardo Vila, Carlos María Lagos y Orlando Vignatti.
La feroz interna empresarial delata el grado de importancia que tiene el gerenciamiento del principal factor de poder que hoy presenta la geografía política económica santafesina.
Una disputa que, mientras tanto, avanza sobre la incertidumbre laboral y salarial de centenares de familias no solamente en el diario La Capital, sino también en el diario El Ciudadano, y las radios LT 8, LT 3 y sus respectivas estaciones de frecuencia modulada.
Al otro día de la irrupción de los pichones de rambos, una página entera intentaba explicar algo de lo que sucedía puertas adentro del edificio y también en otros lugares del entramado del poder político económico provincial.
Accionistas y convocatorias
Dentro de las páginas dedicadas a los avisos clasificados, en el rubro 4901, dedicado a convocatorias dentro de la columna "legales", apareció durante dos días una infomación que parecía más un desafío que una simple invitación.
"Aclaración: La Convocatoria a Asamblea Ordinaria de La Capital Multimedios SA cuyo edicto se transcribe a continuación fue efectuada por la Comisión Fiscalizadora, por requerimiento del accionista minoritario Millhan Corp. SA", era el texto del inicio.
Luego se convocaba a los accionistas para el próximo 21 de diciembre de 2001, en la sede social de Sarmiento al 700, para discutir sobre la "remoción de los directores titulares Daniel Vila, Alfredo Vila Santander, José Luis Manzano, José Miguel Frustaglia, Jorge Alberto Robbiolo (h)".
Se pedían "medidas a adoptar por las graves denuncias efectuadas por el señor Carlos María Lagos en su calidad de presidente de Stuka SA accionista de la firma respecto del accionar de algunos directores".
La publicación apareció los días lunes y martes, 3 y 4 de diciembre, respectivamente. El miércoles 5 aparecieron los muchachos "la mejor policía del mundo".
Ese mismo jueves, en la página 11, se publicó una solicitada: "Aporte de capital por 9 millones de pesos en Editorial Diario La Capital SA".
Allí se leía que "la situación general del país, la particular crisis de la industria gráfica, la gran presión tributaria y los propios problemas de la empresa motivaron que Editoarial Diario La Capital SA presentara el pasado 29 de octubre su concurso preventivo de acreedores. La decisión fue tomada por el directorio con responsabilidad y con el objetivo de cumplir ordenadamente con los acreedores".
Por resolución 950, la doctora Liliana Giorgetti, del 5 de diciembre de 2001, a cargo en forma interina del juzgado en lo civil y comercial de la cuarta nominación, "decretó la apertura formal del concurso preventivo de acreedores de Editorial Diario La Capital SA".
Se informaba que el La Capital Multimedios "accionista mayoritario" del diario, "aprobó por asamblea la incorporación de capital por la suma de 9 millones de pesos mediante la cesión de un crédito que tiene contra el señor Orlando Mario Vignatti y Millham Corp. SA por 2,5 millones de pesos y el aporte de 40 inmuebles urbanos y rurales por la suma de 6,5 millones de pesos que hizo el nuevo accionista Business & Shares SA", cuyo titular es Tomás Gluck, aquel de la sentencia contra el "Bocha" Lagos.
Si bien "no es habitual -y menos en el actual momento que vive la economía del país- que junto con la apertura de un proceso concursal se integre efectivamente un aumento de capital de este tamaño, los accionistas y el Directorio de Editorial Diario La Capital SA" confían "en la nobleza de la empresa, en la recuperación de la región y del país".
Y dice en términos grandilocuentes: "Y especialmente nos sentimos comprometidos con todos los rosarins que a lo largo de más de 134 años han hecho del Diario La Capital una institución que les pertenece".
Finaliza expresando que "por esas razones, el decano de la prensa argentina no sólo está de pie, sino que cumplirá con todas sus obligaciones comerciales, y con este aumento de capital fortalece su patrimonio, el cual será prenda común y garantía de todos sus acreedores", sostiene en tono épico.
Firman la solicitada Eduardo Luis Lagos por La Capital Multimedios; Daniel Eduardo Vila por Editorial Diario La Capital y Tomás Gluck por Bussiness & Shares.
La inquietud que aún no fue saldada y que anida en el corazón de centenares de trabajadores de prensa del Mutlimedios es de dónde surgieron semejante cantidad de inmuebles y de dinero, propiedad de Gluck y del ex director de viejo Banco Provincial de Santa Fe, Orlando Vignatti.
Existen dudas sobre la existencia verdadera de semejante aporte de 9 millones de pesos y hay muchas más angustia en torno al futuro inmediato.
Hay una delgada confianza: la convocatoria de acreedores supone una herramienta conocida como pronto pago para los trabajadores. Hecho que determinaría un alivio con respecto a los últimos tres años en los que la empresa manejó el dinero de sus empleados de acuerdo a sus propios intereses.
Pero en el fondo de esta disputas no está la cuestión legal, sino el manejo del Multimedios para luego hacerlo pesar en la trama de factores de poder que crecieron durante los tiempos de Menem y Reutemann.
Una historia que invierte los términos de aquella sentencia de Maquiavelo del fin que justifica los medios.
Hoy, en la provincia de Santa Fe, son los medios los que justifican los fines.
Un poco de historia
El Grupo Uno nació con la compra de una radio en 1983 en la ciudad de Mendoza, se convirtió en sólo una década en uno de los principales propietarios de canales de cable y radios del interior del país y con presencia en varios países de América latina. En ese tránsito, llegó a disputarle un lugar a los grandes en el mercado argentino, una movida que se truncó en los últimos años por las abultadas deudas del grupo y el corte del financiamiento, que a lo largo de los años le permitió expandirse.
La deuda del grupo supera los 400 millones de dólares y Supercanal, la gran matriz expansiva del grupo está en convocatoria de acreedores, una suerte que por estos días también corren otras empresas del grupo como el diario La Capital, en Rosario.
La crónica de los hermanos Vila, actuales directores del multimedios La Capital, compuesto por el matutino rosarino, radio AM LT8, Diario Uno de Paraná y radios de AM y FM en Entre Ríos, comienza en los umbrales de la década del 80.
El grupo Uno, nacido al amparo de una familia que hizo su fortuna en la industria de la construcción, se conformó como tal cuando adquirió Radio Nihuil de Mendoza, en 1983.
Daniel Vila es la cabeza visible del holding. Abogado matriculado en 1976, es el hijo del empresario de la construcción Alfredo Vila Santander, cabeza de la familia que construyó hace 20 años el primer barrio privado de Mendoza en tierras que continúan en litigio, pues la Universidad Nacional de Cuyo las reivindica como propias.
El jefe de la Dirección Latinoamericana de International Cable, Carlos Arias, explicó que "todo comenzó en 1983, cuando los hermanos Vila recibieron como pago de una deuda una pequeña estación de radio en la ciudad de Mendoza".
En 1994, los Vila fundaron un sistema de TV por cable en Mendoza al que bautizaron Supercanal, la matriz de lo que luego se convertiría en Supercanal Holding, que llegó a ocupar el tercer lugar canal de cable del país.
Los iniciadores del negocio de Supercanal SA fueron la familia Vila en acuerdo con la de otro coterráneo, Orlando Terranova. En 1995, el vínculo entre ambas se debilitó y los Terranova acabaron vendiendo su participación accionaria.
El comprador fue uno de los líderes de la "contra" de Miami, el anticastrista Jorge Mas Canosa a través de la firma Mas Tec Inc, quien por 18 millones de dólares se quedó con el 29% de las acciones.
El contacto con Mas Canosa, quien murió en 1997, lo comenzó el padre de los hermanos Vila durante el gobierno de Raúl Alfonsín.
Bernardo Martín Rutti, ex empleado de Vila y quien lo denunciara ante la Justicia por infracciones a la Ley Penal Tributaria y lavado de dinero junto aseguró que en realidad la participación de Mas Canosa se limitó a poner su nombre, ya que el verdadero inversionista era el también mendocino José Luis Manzano, ex ministro del Interior de Carlos Menem.
"Prueba de ello - relató Rutti- es que el grupo Mas Tec, figurando con el 28,80 por ciento de las acciones de Supercanal Holding S.A. nunca tuvo ningún representante en el directorio y que Adelina Dalesio de Viola, que fuera viceministra de Manzano en el Ministerio del Interior, figuraba como apoderada de ese grupo."
Por el contrario, en el directorio de Supercanal figuraban como presidente Daniel Vila y en calidad de directores Alfredo Vila Santander, Neil Bleasdale, Mariano Lucero, Sergio Ceroi, Guillermo Bordallo, José Luis López, Nicolás Martín Becerra y José Luis Manzano.
En los cinco años siguientes a la conformación de Supercanal Holding, el grupo amplió sus posesiones a través de la compra del diario Uno en la capital mendocina, tres canales de TV de aire de Argentina, varias estaciones de radio, una productora de señales de cable y un modesto sistema de transmisión directa al hogar (DTH).
También adquirió rápidamente sistemas pequeños en pueblos y ciudades del sur de Argentina y aumentó sus posesiones de cable de un solo sistema a 30, y multiplicando diez veces el número de abonados, de 50.000 a 500.000.
"Todas las inversiones fueron realizadas con endeudamiento y emisión de bonos", explicó el propio Daniel Vila.
Entre 1993 y 1994, el grupo invirtió 20 millones en el diario Uno y la revista Primera Fila.
La compra de Supercanal fue la plataforma de despegue del Grupo Vila en el nivel nacional e internacional. Se sumó luego la opción de compra, discutida en la Justicia, por Radio Rivadavia y la adquisición de una parte de Radio La Red.
De la mano de Manzano, Vila compró sistemas de TV paga en Bolivia y la República Dominicana, y se quedó con licencias para TV por cable en España, que luego vendió.
A mediados de los años noventa, Vila con el asesoramiento de Manzano, recorría ciudades como Miami, Nueva York y Buenos Aires, donde obtuvo 600 millones de dólares de financiamiento de bancos extranjeros para sostener al grupo.
Sobre finales de la década del 90, en 1997, el grupo pone su pie en Rosario a través de la adquisición del diario La Capital, una expansión que continuó con las radios de AM LT 3 Radio Cerealista y LT 8 de Rosario y el diario El Ciudadano.
Al mismo tiempo que adquirió el diario Nueva Hora que renombró como diario Uno, en Paraná y las radios entrerrianas de Gualeguaychú y Victoria.
En la presentación judicial Rutti explica que "el grupo tuvo un rápido e injustificado crecimiento económico comprando gran cantidad de cables en el interior del país, con una inversión del orden de 300 millones aportados por Manzano. Luego obtuvieron créditos del banco ING Baring completando el raid de inversiones en medios de comunicación que se llevó a cabo entre los años 1995-1997".
En ese período la sociedad Vila-Manzano compró o constituyó 25 empresas de televisión por cable con una cartera de 227 mil abonados. El área de las operaciones abarcaba la provincia de Mendoza y también las de San Juan, Catamarca, La Rioja, San Luis y Córdoba.
Rutti explicó que el precio promedio pactado fue de 1.500 pesos por abonado, que era el estimado en esas fechas, y que Vila reconoció en declaraciones formuladas en noviembre de 1998.
Agrega además que "en 1997 Sucanal SA fue vendida a Daniel Vila y a Mirror Holding SRL a un precio de 9 millones y medio y declarada en sumas mucho menores.
Mirror Holding tenía su sede en la calle Cerrito al 700 de Capital Federal, donde funciona el estudio Beccar Varela. "En suma -informa Rutti-, desde la venida de Manzano concretaron 46 operaciones de compra o fusión en televisión abierta y por cable, radio y gráfica, conforme surge de la información suministrada por el grupo" y publicada por los medios en octubre de 1998.
Rutti, en su denuncia contra Vila y Manzano explica que "el reingreso al país del dinero (...) lo hacía (el grupo) a través del Citicorp Banco de Inversión (...). La relación de Vila-Manzano con el Citibank la estableció el banquero Raúl Moneta", afirma el ex empleado de los Vila. Rutti aclaró que los accionistas titulares del Citicorp Banco de Inversión (absorbido por una entidad del mismo grupo pero de menor capital, el Citicorp Capital Market) eran Citibank Overseas Investments Corporation y Fideliter SA, sociedad inversora que está a nombre del abogado Damián Beccar Varela y miembros de su estudio jurídico.
De acuerdo a la presentación de Rutti, para realizar la maniobra de reintroducción del dinero -y a modo de entidades controlantes- se formaron diferentes sociedades cuyos accionistas eran en el momento de su constitución los miembros del estudio Beccar Varela. A poco de andar, éstos eran sustituidos por el propio Daniel Vila, sus familiares o prestanombres. Tal operatoria se observó en el caso de G Uno SA y se reiteró luego con Uno Multimedios SA, Compañía Independiente de Contenidos S.A, TV Uno SA, Uno Gráfica SA (interviniente en la compra del diario La Capital), Uno Radios SA, Uno Pay SA, Superfone SA. Damián Beccar Varela es el abogado del grupo Vila-Manzano.
"Otra modalidad que utilizaron para blanquear la introducción de los capitales de Manzano y las sumas provenientes de la evasión de las empresas del grupo -dice Rutti- fue fraguar préstamos de bancos y/o empresas extranjeras, preferentemente del Uruguay y de sociedades constituidas en el Caribe."
Desde el punto de vista financiero, esta compra desmedida fue la que llevó a Supercanal al borde del abismo.
Mientras que la deuda acumulativa supera los 400 millones de dólares, los herederos de Jorge Mas Canosa, decidieron dejar de invertir en las operaciones de la compañía argentina.
El estado actual de la sociedad matriz de Supercanal, el Grupo Vila, es sombrío: además de la deuda acumulada, el holding no pudo cumplir con una obligación negociable por valor de 100 millones de dólares y el pago de sucesivas acreencias. El crédito está cortado y el prestamista principal, el ING Baring Funds, tiene en sus manos el futuro del grupo.
18 años después
"La mejor policía del mundo", las Tropas de Operaciones Especiales de Santa Fe, se pusieron al servicio de los hermanos Vila y Manzano por la decisión política del jefe de La Santafesina Sa, parte de la justicia provincial y con el visto bueno de la administración que conduce Carlos Reutemann.
Un día después de "la toma" del diario fundado por Ovidio Lagos, el titular de Seguridad Pública, el licenciado en sociología Enrique Alvarez puso en funciones a los nuevos jefes de la Unidad Regional II, con asiento en el departamento Rosario.
Sus frases conforman una antología de justificaciones sobre el borrón y cuenta nueva que, de hecho, se impuso sobre La Santafesina SA en los últimos 18 años, los mismos que acaba de cumplir la democracia en transición de los argentinos.
Alvarez dijo que "la auditoría contable no detectó irregularidades en las compras y formas de contratación de la Unidad Regional II", en alusión al funcionamiento de las cajas negras policiales.
Es interesante marcar que la causa por los impuestos ilegales que parte de La Santafesina SA cobra sobre actividades como narcotráfico, prostitución y juego clandestino, figura en un documento firmado por oficiales de la propia Unidad Regional II, ingresados en los tribunales provinciales en mayo de 1995.
También aseguró que "sobre ninguno de los funcionarios policiales pesan imputaciones". Curiosa afirmación que desconoce las propias informaciones de la División de Asuntos Internos que conduce la oficial y abogada Leyla Perazzo; y niega las acusaciones legales contra el propio jefe de La Santafesina SA, José Storani, por apremios ilegales supuestamente producidos en 1991 contra Víctor Omar Balbi, torturado en la Unidad Regional XVII, en el departamento San Lorenzo.
Y en su máximo esfuerzo por dejar impunes los hechos del pasado reciente, Alvarez sostuvo que "si no hay ninguna imputación no es posible que queden en stand by toda la vida".
Una frase que sintetiza la falta de estudio sobre las denuncias que pesan sobre muchos oficiales de La Santafesina SA que actuaron, con distintos niveles de responsabilidad, durante el terrorismo de estado.
Dieciocho años después, la democracia no ha llegado ni a la economía ni a las fuerzas de seguridad de la provincia de Santa Fe.
Una deuda que solamente se salda con más democracia.
Grupo Uno - Vila / Manzano
Composición accionaria: 95% Daniel Vila; 5% José Luis Manzano(ex ministro de Carlos Menem).
Las denuncias sobre el Grupo: Los diputados de la Comisión Investigadora recibieron el 21 de junio de 2001 un informe de la Sindicatura General de la Nación (Sigen), sobre supuestas maniobras de lavado de dinero en la compra de medios de comunicación por parte del grupo Vila-Manzano.
La investigación de la Sigen se centró en el otorgamiento de licencias al multimedio de Daniel Vila y José Luis Manzano, que entre 1994 y 1999 habría realizado negocios por mas de 600 millones de pesos.
La Sindicatura confeccionó un mapa con los medios en los que el holding realizó sus principales inversiones, básicamente en el interior del país, en Mendoza y la Mesopotamia. En él figuran el diario Uno, la revista Primera Fila, una empresa de cable, cuatro radios, tres canales de televisión y un porcentaje en las acciones de otras cinco emisoras AM y una FM.
Cinco meses después, la periodista Susana Viau relataba así otra investigación oficial sobre los negocios del Grupo:
"Una denuncia ante la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP) sostiene que el ex ministro menemista José Luis Manzano y su socio, el empresario mendocino Daniel Vila, cometieron infracciones a la Ley Penal Tributaria "y lavado de dinero de Manzano" por más de 400 millones de dólares "obtenidos ilícitamente durante su paso por la función pública". La presentación de Bernardo Martín Rutti pivotea sobre el prodigioso crecimiento del grupo Vila-Manzano en materia de comunicaciones, compra de cables, medios gráficos y radios, en el país y en el exterior. El denunciante aportó, asimismo, las rutas empleadas para la supuesta evasión y el presunto lavado. Según Rutti, los capitales depositados en el exterior reingresaban al país a través del Citicorp Banco de Inversión. Se sospecha con sólidos fundamentos que algunas de estas operaciones estarían incluidas en la documentación que tuvo en cuenta el subcomité del Senado norteamericano que investiga el lavado de dinero. La pista podría haber sido seguida a través de Seabrook, una sociedad de Manzano domiciliada en Montevideo, cuyo apoderado es Nicolás Martín Becerra (hijo del procurador general de la Nación) y que habría operado con el Federal Bank.
El denunciante Rutti, que según pudo establecer Página/12 es un ex empleado del grupo Vila, detalló con prolijidad el tipo de inversiones " no declaradas o declaradas por montos inferiores" a las que hace referencia en su presentación a la AFIP. Asegura que los iniciadores del negocio de Supercanal S.A. fueron la familia Vila en acuerdo con la de otro coterráneo, Orlando Terranova. En 1995, el vínculo entre ambas se debilitó y los Terranova acabaron vendiendo su participación accionaria. El comprador fue nada menos que uno de los líderes de la "contra" de Miami, el anticastrista Jorge Mas Canosa a través de la firma Mas Tec Inc. y se hizo a un valor de 18 millones de dólares, aunque afirma Rutti "fue declarada a un precio mucho menor".
No es ésa la más dura de las señalizaciones de Rutti, quien asegura que en realidad la participación de Mas Canosa se limitó a poner su nombre dado que el verdadero inversionista era el también mendocino José Luis Manzano, imposibilitado de reaparecer después de su desdoroso alejamiento de la función pública con una inyección de dólares de semejante envergadura. "Prueba de ello -relata Rutti- es que el grupo Mas Tec, figurando con el 28,80 por ciento de las acciones de Supercanal Holding S.A. nunca tuvo ningún representante en el directorio y que Adelina Dalesio de Viola, que fuera viceministra de Manzano en el Ministerio del Interior, figuraba como apoderada de ese grupo." Por el contrario, en el directorio de Supercanal figuraban como presidente Daniel Vila y en calidad de directores Alfredo Vila Santander, Neil Bleasdale, Mariano Lucero, Sergio Ceroi, Guillermo Bordallo, José Luis López, Nicolás Martín Becerra y... José Luis Manzano.
En esas fechas el ex Guardia de Hierro, llamado "Chupete" en ambientes políticos y "Cototo" en Tupungato, su pueblo natal, había regresado al país con low profile, de la mano de su por entonces compañera sentimental y socia, la modelo Alejandra Massilo. Dejaba un prolongado ostracismo en Estados Unidos que, en sus últimas estribaciones, no le impidió concurrir a las recepciones organizadas por círculos republicanos en agasajo a personajes del justicialismo.
A partir de ese momento, cuenta Rutti, "el grupo tuvo un rápido e injustificado crecimiento económico comprando gran cantidad de cables en el interior del país, con una inversión del orden de 300 millones aportados por Manzano. Luego obtuvieron créditos del banco ING Baring completando el raid de inversiones en medios de comunicación que se llevó a cabo entre los años 1995-1997".
De acuerdo a la presentación, en ese período la sociedad Vila-Manzano compró o constituyó 25 empresas de televisión por cable con una cartera de 227 mil abonados. El área de las operaciones abarcaba la provincia de Mendoza y también las de San Juan, Catamarca, La Rioja, San Luis y Córdoba. Explicó Rutti que el precio promedio pactado fue de 1500 pesos por abonado, que era el estimado en esas fechas, y Vila reconoció en declaraciones formuladas en noviembre de 1998. Agrega que en 1997 Sucanal SA fue vendida a Daniel Vila y a Mirror Holding SRL a un precio de 9 millones y medio y también declarada en sumas mucho menores. Mirror Holding tenía su sede en la calle Cerrito al 700 de Capital Federal, donde funciona el estudio Beccar Varela. "En suma -informa Rutti-, desde la venida de Manzano concretaron 46 operaciones de compra o fusión en televisión abierta y por cable, radio y gráfica, conforme surge de la información suministrada por el grupo" y publicada por los medios en octubre de 1998.
La presentación hecha a la AFIP refiere que para borrar las señales que pudieran conducir al verdadero origen de los fondos "se creó un entramado de sociedades controlantes de las sociedades titulares de las emisoras de cable" y precisa que en el caso de La Rioja (Cablecolor SA y TV Regional Centro SA) se encontraban a nombre de Jorge Camzutti, pero "su verdadero dueño era Carlos Menem (...). El apoderado de todas esas empresas es Nicolás Martín Becerra, quien comparte poder de administración con Oscar Apesteguía. La prueba de que pertenecen al grupo es que todos esos canales de cable emiten la misma señal que Supercanal".
La extraordinaria y más que llamativa expansión del grupo Vila-Manzano se puso en evidencia con la compra de cables en el extranjero con fondos procedentes de Argentina: en 1977, adquirieron en 7 millones el 25 por ciento de Procono -un canal de cable con telefonía- de las regiones de Castilla y León, en España. La inversión no fue declarada, pero sí reconocida por Daniel Vila en un matutino porteño el 22 de setiembre de 1997. Crearon, asimismo, Supercanal de Cable de España (constituida en Madrid el 23 de abril de 1997) con un capital de 20 millones de pesetas (100 mil dólares), aportando una inversión de alrededor de 150 millones de dólares procedentes de Argentina. Dos años después anunciaron en los diarios que habían vendido en 7 millones de dólares el 3 por ciento del paquete accionario a Unión Fenosa (empresa de energía eléctrica de España).
Brasil fue otro de los objetivos comerciales del pujante grupo inversor: adquirieron VVC, Alvarez & Alvarez, Video Selimn, MEG, Teresópolis Electro Audio e Imagem; CATV Sat Litd, Spectrum Sistemas de Televisao. El precio pactado fue de algo más de mil dólares por abonado. La cartera de abonados de estas empresas sumaba 26 mil clientes. Del mismo modo se hicieron de cables en La Paz y Santa Cruz de la Sierra (Bolivia) por unos 10 millones de dólares. Igual que las anteriores, estas compras no fueron declaradas, aunque su titularidad la reconoció Daniel Vila ante los medios. Otra joya de la corona es Dominicana Supercanal, ubicado, obviamente, en República Dominicana.
Entre 1993 y 1994, historia Rutti, el grupo invirtió 20 millones en el diario Uno y la revista Primera Fila. En 1997 pasó a poseer el 51 por ciento del diario La Capital, de Rosario; el periódico Nueva Hora, de Paraná; las emisoras LT3 Radio Cerealista y LT 8 de Rosario; radios de frecuencia modulada en las provincias de Santa Fe y Entre Ríos. "La sociedad compradora -expresó Rutti a la AFIP- fue Grupo Uno SA y parte de los pagos se realizaron por medio de instrucciones irrevocables de pago de Supercanal Holding SA libradas contra ING Baring para depositar los fondos en la cuenta SBC Warburg del Suiss Bank Corporation en Stanford, USA, la cuenta 101-WA-360783 abierta por el Banco Mendoza SA, conforme surge de la documentación que acompañó, firmada por Germán Ranftl, en esa época vicepresidente de ING Baring y en la actualidad funcionario del grupo Vila-Manzano. A través de esa cuenta se hizo el resto de los pagos en negro al grupo vendedor."
La lista de medios enumerados por Rutti como nueva propiedad del grupo Vila-Manzano es casi interminable. Merecen destacarse las compras del 72 por ciento al grupo Stornell (dueño del Canal 7 de Mendoza, 8 de San Juan, Radio Calingasta de San Juan, Radio FM Nuestra, de San Juan, y TV Río Diamante) por un monto de 92 millones, aunque declarado en un número menor. La operación incluyó a Los Algarrobos, un establecimiento vitivinícola con diferimiento impositivo, frondosa rama de los diversificados negocios del ex ministro del Interior. Vale mencionar, también, la compra en 1998 de Radio Rivadavia, propiedad del nosiglista Luis Cetrá, en 19.700.000, aunque los papeles marquen cifras más reducidas.
En el apartado que Rutti dedica a describir los senderos recorridos por el dinero, cuya procedencia adjudica a la corrupción política y a la evasión fiscal es donde comienza la auténtica sorpresa. "El reingreso al país del dinero (...) lo hacía (el grupo) a través del Citicorp Banco de Inversión (...). La relación de Vila-Manzano con el Citibank la estableció el banquero Raúl Moneta", afirma el ex empleado de los Vila. Rutti aclara que los accionistas titulares del Citicorp Banco de Inversión (absorbido en la actualidad por una entidad del mismo grupo -¡pero de menor capital!- el Citicorp Capital Market) eran Citibank Overseas Investments Corporation y Fideliter SA, sociedad inversora que está a nombre del abogado Damián Beccar Varela y miembros de su estudio jurídico.
De acuerdo a la presentación de Rutti, para realizar la maniobra de reintroducción del dinero -y a modo de entidades controlantes- se formaron diferentes sociedades cuyos accionistas eran en el momento de su constitución los miembros del estudio Beccar Varela. A poco de andar, éstos eran sustituidos por el propio Daniel Vila, sus familiares o prestanombres. Tal operatoria se observó en el caso de G Uno SA y se reiteró luego con Uno Multimediios SA, Compañía Independiente de Contenidos S.A, TV Uno SA, Uno Gráfica SA (interviniente en la compra del diario La Capital), Uno Radios SA, Uno Pay SA, Superfone SA. Damián Beccar Varela es el abogado del grupo Vila-Manzano. "Otra modalidad que utilizaron para blanquear la introducción de los capitales de Manzano y las sumas provenientes de la evasión de las empresas del grupo -dice Rutti- fue fraguar préstamos de bancos y/o empresas extranjeras, preferentemente del Uruguay y de sociedades constituidas en el Caribe."
La denuncia contiene un pormenorizado informe de las propiedades personales del ingenioso y emprendedor ex ministro e indaga hasta en sus tarjetas de crédito, que exhiben un gasto mensual de 30 mil dólares que no condice para nada con su declaración de impuestos". (2)
DDHH en Argentina
La sociedad del Diablo, el Manzano y el Avila
El pase de acciones entre el Grupo Avila y el Grupo Uno hace nacer un multimedio cercano a Menem y Moneta, con América TV como estrella. La rara historia de los flamantes socios.
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Daniel Vila, hijo del mítico “Donal”, al que los amigos llaman “el Diablo”.
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Por Susana Viau
No sacaron dinero del bolsillo, canjearon acciones. Uno, Carlos Avila, el “dueño” de las transmisiones futbolísticas, aporta su 83 por ciento de América TV, CVN, Canal 10 de Junín, y el 20 por ciento que posee en Ambito Financiero; el otro, el Grupo Uno, cuyo rostro es el mendocino Daniel Vila, pone Canal 6 de San Rafael, Canal 7 de Mendoza, Canal 8 de San Juan y el 50 por ciento de la revista La Primera. La fusión da por resultado un nuevo polo de poder en el negocio de los medios: América Multimedios. En los hechos, el ex ministro del Interior del menemismo José Luis Manzano, pieza clave del Grupo Vila, desembarca en el negocio de la comunicación y la información de alcance nacional.
Importa poco si América está en convocatoria, como Supercanal y La Capital de Rosario, dos gemas del Grupo Uno. La operación no pasa por la aprobación del Comfer puesto que, se argumenta, no hubo un cambio en la titularidad de la licencia. Los dos empresarios fusionados están próximos a Carlos Menem y a quien fuera su gran esperanza propagandística en el intento de re-reelección: el ex banquero Raúl Moneta. Muchos se preguntan: ¿muerto el CEI, viva el CEI? La historia del humilde origen del paraguayo Carlos Avila y su fulgurante ascenso, es conocida; bastante menos se sabe de la vida y milagros de Daniel Vila, “Diablo” para los amigos.
Hace veinte años, Daniel Vila ni soñaba ser un personaje en el mundo de las comunicaciones. Sus intereses y su dinero procedían de “Dalvian” la compañía constructora iniciada por su padre, Alfredo Luis. A Alfredo Luis Vila todos se referían con el apócope del “don Alfredo” con que se dirigían a él los conocidos y los empleados. Don Alfredo era “Donal” y Dalvian se había desarrollado en Mendoza durante los años de la dictadura. Se cuenta que hubo incluso militares en su directorio. Quizá por esas relaciones privilegiadas, indispensables para progresar en aquella etapa, obtuvo un primer gran crédito del Banco de Mendoza: 2 millones, cuyo pago estuvo en litigio hasta el año pasado, cuando se canceló a cambio de terrenos –que las malas lenguas sostenían que estaban sobrevaluados– y una interesante reducción de deuda. Los Vila también eran propietarios de terrenos en la zona del pedemonte, camino a el Challao. Los enemigos de “Donal” suelen murmurar que su expansión fue fruto de adquisiciones de “títulos supletorios”, es decir beneficios de la posesión veinteañal. Esas mismas fuentes redondean: “Eran los reyes del título supletorio”.
Un hecho fortuito al que nadie, excepto los Vila, hubiera adjudicado otra relevancia que la doméstica, acerca a la familia al negocio de los medios: la separación matrimonial de Guillermo Sánchez Cores y su mujer, Raquel Marteletti, propietarios de Radio Nihuil. En 1983, el emprendedor hijo de “Donal”, Daniel, le compra la parte de la sociedad a Raquel Marteletti. A partir de allí se inicia una larga batalla en los tribunales para desalojar a Sánchez Cores de la presidencia del directorio de la radio. En esa embestida, Sánchez Cores quedó jaqueado por una lluvia de denuncias penales. Finalmente, arrojó la toalla, accediendo a vender a los Vila el resto del paquete accionario. Pero el pago no termina de efectivizarse y se abrió una prolongada instancia judicial que culminó el año pasado, cuando la Suprema Corte de la provincia falló en favor del derecho de Sánchez Cores a cobrar. O mejor, del de sus descendientes puesto que Guillermo Sánchez Cores ya no pertenecía a este mundo.
Un trámite similar tuvo, seguramente por casualidad y años más tarde, el intento de los Vila por obtener el Canal 9 de Mendoza. Allí no había esposas enojadas sino un socio minoritario de Sigfredo Alonso, a quien le compran las acciones. Dueños de esa porción menor de la sociedad, denunciaron a Alonso. Fueron muchas las denuncias y todas quedaron radiadas en el juzgado de Orlando Juan Vargas, quien, piano piano, dictó el procesamiento y detención de Alonso. Así fue que el propietario fue alejado durante seis meses del canal, que quedó intervenido por el Comfer: según las normas, ningún propietario de medios puede permanecer si se encuentra procesado. La Cámara, en este caso, revocó lo actuado por Vargas y procesó al interventor de Canal 9. En la Justicia Civil, la suerte fue igualmente hostil a las pretensiones de los Vila.
El Diablo con Chupete
Se cuenta que tener a “Donal” de enemigo era desgracia segura. En favor de esa afirmación se narran anécdotas de difícil constatación. Como la que habría ocurrido con el jardinero del “Barrio Dalvian”, un barrio privado donde vivía el propio Don Alfredo. Aseguran que tras muchos meses sin cobrar, el hombre juntó coraje y decidió hablar cara a cara con “Donal”, aunque eligió una mala hora, la del almuerzo. “No tengo plata para pagarle pero cóbrese con las herramientas”, habría sido la respuesta de Don Alfredo. El hombre pensó que el trato era aceptable, cargó las herramientas en un flete y partió feliz. Le duró poco: unas horas más tarde estaba preso porque “Donal” había presentado una denuncia por robo.
Los dos hijos de Don Alfredo, de acuerdo a la leyenda local, habrían heredado sus artes. Por algo a Daniel los amigos lo llaman “el Diablo”.
La casualidad parece ser una constante en la vida de “el Diablo” Vila. Así, inesperado, fue su encuentro con el hijo del contratista de viñas de Tupungato, al que Guardia de Hierro y Eduardo Bauzá convirtieron en diputado: José Luis “Chupete” Manzano. Es vox populi que al entrar a competir en las grandes ligas de la política, Manzano se transformó. Un escenario nacional exigía prestancia y ropa adecuada. La prestancia no se compra pero la ropa la encontró en una casa de buena confección, propiedad de un jugador de rugby, Carlos “el Loco” Mora, muy amigo de otro rugbier, Orlando Terranova. El “Loco” Mora devino en una suerte de asesor de vestuario del diputado que creían tener en las nalgas el punto débil. Fue Mora quien presenta a Vila y Terranova a Manzano. Muy pronto descubrirían que tenían una afinidad fundamental: los negocios.
La primera consecuencia de la amistad del trío es un contrato que el “Chupete” gestiona ante Carlos Grosso para la empresa “Luces de mi Ciudad”. Terranova era dueño, en Mendoza, de Publicidad Sarmiento, que entre otros trabajos tenía la propaganda en vía pública. A “Luces de mi Ciudad” el ex intendente ahora detenido le concedió toda la publicidad de la vía pública en Capital. El contrato le valió a Grosso una de las tantas causas penales que condecoraron su gestión. Los favores no terminaron ahí. Relatan que entusiasmados con la idea de quedarse con Canal 9 de Mendoza, Manzano, que ya era ministro del Interior, le llevó a Menem un decreto para firmar. En él se disponía la caducidad de la licencia de Alonso y un rápido pase de mano. Menem se limitó a decirle: “Dejámelo”. Era un tema de Mendoza y el “señor” de Mendoza no era Manzano, era Bauzá. Apareció un escollo insalvable: el “Fideo” se odiaba con “Donal”. La aversión había comenzado por una disputa insignificante, un juicio que llevaba Bauzá y por el cual “Donal” había sufrido el embargo de un motor. Cosas de pago chico, la inquina creció y creció transformándose en lucha encarnizada. Resultado: Bauzá bombeó la firma del decreto. En esas fechas, otro personaje había crecido y frecuentaba la amistad de Vila y de Manzano: Raúl Moneta. Manzano era visita frecuente en las instalaciones del Banco República y luego, cuando debió expatriarse en California corrido por denuncias de corrupción, eran frecuentes sus comunicaciones telefónicas. De la amistad que Vila conservó con el “Rulo” Moneta dan cuenta los servicios que tanto el diario Uno como el Canal 7 de Mendoza prestaron a la causa de la imagen del financista.
Otro hecho imprevisible convirtió en socios a “el Diablo” y “el Chupete”. También en él, “Donal” y su carácter borrascoso fueron gravitantes. En Supercanal eran socios Daniel Vila y Terranova. Todo era tan próspero que en 1995 decidieron lanzarse a la publicación de un diario (Uno). Mientras se encontraban en la fase preoperativa, pero ya con la maquinaria comprada, “Donal” se trenza en una feroz pelea con los Terranova. El proyecto, en esas condiciones, estaba abortado. En la negociación los Vila resuelven comprarle a los Terranova. Ponen una cifra: 18 millones. ¿De dónde sacarlos? Manzano estaba de regreso y traía al menos la fachada de la representación del cubano anticastrista Mas Canosa. Adelina Dalesio de Viola, la mujer de confianza del “Chupete”, su segunda en Interior, era apoderada de Mastec, la supuesta representación de Mas Canosa en Argentina. Es Mas Canosa quien reemplaza a Terranova y aporta el dinero necesario para pagar los 18 millones al socio despedido. Tanta confianza le inspiraban los argentinos que, pese a participar con un 20 por ciento de las acciones, no tenía ni síndicos ni directores que velaran por sus intereses.
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