En diciembre de 1994 es aprobado por el Poder Ejecutivo, el Proyecto de la Creación de la Universidad de Congreso, con sede en Mendoza. Las características del mismo pueden sintetizarse de la siguiente manera: se tomó el molde anglosajón con estructura por departamentos, se acordaron postulados no confesionales y pluralistas, y su concertación academica se estableció en áreas innovadoras: Marketing, Relaciones Internacionales, Ambiental, Municipal y Administración de Empresas.
El modelo educativo a seguir fue el de licenciaturas básicas de cuatro años , con postgrados y masters de dos años; la flexibilidad se expresabam entre otros modos, a través de la asociación de las materias con créditos, sistema que posibilitaba el estudio de más de una carrera, según los créditos obtenidos.
La Universidad de Congreso se basó en un propósito muy claro. Esta perspectiva proponía el desarrollo de programas de interacción de temáticas públicas y privadas, una fuerte vinculación con el medio y una profunda relación horizontal hacia el interior de la organización generando, en consecuencia, un significativo flujo de comunicación e información entre el contexto y los participantes de aquella. Hacia el interior de la organización se puso especial énfasis en la atención personalizada en todos los puntos relación organizacional. Se estableció como capacidad básica, la de gestionar proyectos innovadores en todas sus áreas y desarrollar un cuerpo docente diversificando por su procedencia, como práctica habitual para la Universidad y poco frecuente en el contexto: que todas las semanas pasaran por nuestros claustros, tanto en grado como en postgrado, profesores de la región, de Buenos Aires y de Chile. Se trataba, en definitiva, de construir un proyecto de organización inteligente, abierta al aprendizaje en todos los niveles y servicios, construida sobre el paradigma pedagógico de “aprender a aprender”, apto para tiempos de cambios veloces y turbulentos.
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