Carlos López Puelles tiene 39 años, es contador público, ejerció su profesión en la Universidad de Congreso con algunos cuestionamientos, no tiene formación docente, dio clases de Contabilidad en la misma casa de estudios, fue empleado de la Municipalidad de Capital durante varios años y es, actualmente, el hombre en el que Celso Jaque confía para que maneje la educación de Mendoza. Eso sí, de educación sabe poco y nada. Y sus antecedentes en la materia son casi nulos. Antes de hacerse cargo plenamente de la Dirección General de Escuelas, López Puelles deberá pasar una audiencia pública y una votación secreta del Senado. La oposición ya lo cuestiona por su falta de antecedentes, y cuatro especialistas consultados por MDZ explican por qué este funcionario de perfil bajo, que llegó al poder de la mano de Daniel Pereyra, titular del Instituto de Juegos y Casinos, no es el hombre indicado para decidir la política educativa de la provincia.
La cuestión, que con este nombramiento Celso Jaque transformó en espinosa, en realidad debería ser simple: ¿Qué se le debería pedir a un Director General de Escuelas?
-Experiencia, acreditada y exitosa, en la gestión educativa pública y privada en los tres niveles.
Es claro que a López Puelles no se lo critica por ser contador, una profesión habitualmente alejada de los problemas complejos que plantea la educación mendocina. Pero es inevitable preguntarse... ¿Qué sabe de pedagogía? ¿Es capaz de discutir una currícula escolar? ¿Si él no sabe de educación, con qué criterio va a elegir a su equipo, que sí debe saber, y mucho? ¿Cuántos seminarios hizo? ¿Es capaz de desarrollar una estrategia para una educación superadora? ¿Y de llevarla a cabo con docentes, padres y alumnos? ¿Cuántos cursos y postgrados hizo en materia educativa? ¿Se paró alguna vez a hablar con un maestro de los problemas que hay en las aulas? ¿Sabe cómo hacer que la escuela sea contenedora y no expulsora, y que baje la deserción escolar? ¿Ó no sabe nada de nada al respecto? Muchos de los cuestionamientos de la oposición, docentes y profesionales de la materia, pasan por estos puntos.
¿Qué más se le debe pedir a un Director General de Escuelas?
-Como a cualquier funcionario, transparencia absoluta. Al respecto, ya se sabe que en el Frente Cívico están afilando las navajas para hacer unas cuantas preguntas sobre negocios inmobiliarios en los que López Puelles ha participado. Ya veremos de qué se trata...
Los méritos hechos por López Puelles para haber accedido a la titularidad de la DGE son desconocidos. Hay quienes afirman que su intervención fue clave para frenar los problemas de liquidación de sueldos de maestros que existían en la Dirección, y otros los indican como el hombre que logró “comprar” las huelgas del SUTE. Acercó el sindicato a la conducción del gobierno educativo, y eso significó un respiro no sólo en la DGE, sino en todo el gobierno de Jaque.
A la hora de defender su decisión, tanto el gobernador como sus laderos apuntaron a un dato que no es del todo cierto: que López Puelles formó parte del Consejo Académico de la U. Congreso y que ese lugar le dio “chapa” para tomar las decisiones más importantes para la formación de niños y jóvenes mendocinos.
En realidad, López Puelles sí formó parte del Consejo Académico, pero no fue más que el contador. No participaba de ninguna decisión en cuanto a los contenidos y estrategias educativas. Es cierto que eso no es ningún desprestigio, pero lo concreto es que, a diferencia de lo que anuncia el gobierno, jamás tuvo peso ni participación en las decisiones de neto corte educativo. Aún así, su desempeño como contador fue regular, lo que obligó a las autoridades de la Universidad de Congreso a contratar a otro profesional que supervisara sus actuaciones.
Empleado municipal de mucho éxito
Desde muy niño, Carlos López Puelles pisó despachos oficiales. Lo hizo acompañando a su padre, Carlos López Castro, conocido en la Municipalidad de la Capital como “el eterno jefe de personal”, ya que sobrevivió a todos los gobiernos y, desde hace más de 25 años, se sostiene en su lugar.
Apenas pudo, su hijo Carlos consiguió un lugar en la administración capitalina. Le dieron un puesto en la sección Compras y Suministros.
Duró hasta que, en la gestión de Eduardo Cicchitti, le dieron de baja, pero mantuvo sueldo municipal –curiosamente- mientras integraba el staff técnico contable de la Universidad de Congreso.
Quienes lo conocieron en esa época lo recuerdan con una anécdota: “Venía a la Municipalidad, marcaba la entrada, dejaba a su hijo en la guardería municipal y se iba”.
De todos modos, a nivel económico y financiero la vida le sonrió a López Puelles en los últimos dos años, especialmente.
El 15 agosto de 2008 formó con su amigo Gerardo Guillermo Michelini una sociedad anónima llamada Sofman, una empresa dedicada a negocios varios, para sí mismos o para terceros, que inició su actividad con un capital de 12 mil pesos. Al parecer, tanto López Puelles como su socio tuvieron un gran olfato para los negocios, y eso les permitió, sólo dos meses y medio después, comprar un campo de casi 30 hectáreas en El Carrizal –cerca de la Ruta 40 vieja-, por el que se pagó la friolera de 360 mil dólares, según consta en la escritura (los valores reales suelen ser más elevados). Justamente, la escribana que dio fe de la operación fue Federica Boccia, esposa de López Puelles, notaria además del Instituto Provincial de Juegos y Casinos.
Inversiones en Tupungato
De acuerdo con los datos encontrados en la Dirección de Registros Públicos y Archivo Judicial de Mendoza, Carlos López Puelles es titular de tres inmuebles: dos en Luján (adquiridos en 2003 y 2007, respectivamente) y uno comprado recientemente en Tupungato, por el cual pagó 400 mil pesos.
López Puelles no compró su campo en el Valle de Uco solo, sino que lo hizo con su amigo y socio en Sofman, Guillermo Michelini. Se trata de más de 36 hectáreas ubicadas en el distrito Gualtallary, en una zona fronteriza. Por ese motivo debieron tramitar los permisos correspondientes con autoridades nacionales, por ser sitios donde tienen jurisdicción las fuerzas de seguridad.
Tanto López Puelles como Michelini hicieron con esos terrenos un aporte de capital a una segunda sociedad que está a nombre de ellos. Es otra SA llamada “Negocios y Emprendimientos El Zorzal”, constituida el 20 de junio de 2007 y cuyo capital inicial, al igual que cuando fundaron Sofman, fue de 12 mil pesos.
El contador de Jaque y Pereyra
Según Jaque, que un contador sea director General de Escuelas, no debería llamar la atención. Y es comprensible la idea del mandatario, luego de defenestrar públicamente a Iris Lima, la mujer que él había elogiado el día que la anunció como responsable de la DGE. Para el gobernador, si Lima, con una vasta carrera docente no entendió o no encontró el rumbo para la educación mendocina, por qué no apostar a alguien que venga de otra rama.
Quizá ahí radique el secreto. Si hay una palabra clave en la designación de López Puelles, esa palabra es “apostar”. Su mentor y padrino, tanto en la Universidad de Congreso como en su carrera dentro de la gestión Jaque, es Daniel Pereyra, el actual presidente del Instituto Provincial de Juegos y Casinos.
López Puelles es amigo de Pereyra y de su mano llegó a la Dirección de Administración de la DGE. Y Pereyra es uno de los hombres de confianza de Jaque. Por relación transitiva, de ahora en más, López Puelles formará parte del círculo íntimo de gobernador.
Improvisación
La designación de Carlos López Puelles marca, como pocas, la improvisación con la que el gobierno de Jaque resuelve los temas: Un contador con poca o nula experiencia en los asuntos que forman el corazón de la educación, y cuyo paso por la función pública y privada parece ser más bien gris; estará a cargo de una de las áreas estratégicas más importantes de cualquier gobierno, y de cualquier sociedad.
Habrá que ver ahora qué piensan los senadores, y si ratifican o no con su voto la decisión de Jaque.
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