jueves, 28 de febrero de 2008

Lic Carlos Salvador La Rosa TU TAMBIÉN BRUTUS













TU TAMBIÉN BRUTUS



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Ing. Gerardo Saporosi

El Ing Saporosi con Omar Cuevas

Es tiempo de generar riquezas, de emprender, de desarrollar, de entusiasmarse , de apasionarse,...con la vida. En esta línea, la propuesta de este libro (Pasión Entrepeneur) es que dediquemos a los negocios una parte de pasión, para que nos ayude a disfrutar mejortoda la otra parte de nuestra vida. Me pareció una propuesta muy atractiva y novedosa.

Jorge Hermida







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Dr Anibal Patroni





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Dr. Eduardo Bauzá







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Lic. Gabriel Fidel TU TAMBIÉN BRUTUS

Con la Sra Calle de Antequeda y el Ministro Tedesco

Con Carlos La Rosa
y Shinagel
TU TAMBIÉN BRUTUS

Con Escalante, Ragno y Con Raviolo Funes
Cavagnaro




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Dr Antonio Donini






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Jean Ives Calvez








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Foro de política sobre Comercio e Industria Mercosur-Chile Asia-Pacífico








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Foro de política sobre Comercio e Industria Mercosur-Chile Asia-Pacífico








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EL PAIS HOMICIDA por James Neilson


La historia oficial dice que el doctor René Favaloro se suicidó a los 77 años disparándose un balas calibre 38 en el corazón, pero la gente sabe que no fue así, que el medico más famoso del país fue victima de ... ¿de que?

Aquí las opiniones divergen. Para al­gunos, el culpable es el Estado, y el Gobierno se ha sentido obligado a defenderse contra los tentados a acusarlo de asesinato al no saldar sus presuntas deudas con la Fundación Favaloro. Para otros, son los sindicatos que dicen, arruinaron el sistema nacional de salud. 0 tal vez haya sido la clase política. la sociedad, el país. Desde Paris, el cardiólogo Juan Carlos Chachques opinó que "la Argentina es un país antropófago. Se devora a sus mejores hi­jos". Muchos concuerdan: "Todos los argentinos somos responsables de la muerte de Favaloro", sentenció Mirtha Legrand, una referente moral tan infaltable como Ernesto Sábato y Mariano Grondo­na toda vez que "la gente" quiere creer que un acontecimiento entraña un mensaje acaso indescifrable pero con toda seguridad de impor­tancia fundamental.

El más sorprendido por la "conmoción" nacional que desató su muerte habría si­do el propio suicida. Según parece en las semanas que prece­dieron a su muerte se sentía "solo y aban­donado", abrumado por la incomprensión de los poderosos y consciente de que su Fundación podría ter­minar hundiéndose por falta de apoyo. Comparaba los ho­menajes que recibía de las mejores universidades del planeta con su módica lama mediática local. la cual suponía que todos sus dichos serian ampliamente difundidos pero que no cimblarían nada porque. como ya debería de haberle sido penosamente evidente, la Ar­gentina estaba en otra cosa De ser así -nunca se sabrá exactamente lo que pasaba por su mente aquella tarde del sábado en Palermo Chico- no es inconcebible que la muerte que eligió incida mas en la evolución del país que todo lo mucho que hi­zo en su vida.

Por cierto, es esto lo que esperan los muchos que ya lo han erigido en símbolo de la lucha contra todo cuanto les atribula de la Argentina actual: Is mezquindad corporativa de políticos y sindicalis­tas, la hipocresía, el facilismo, la corrupción ubi­cua. la mediocridad académica, el desplome cultu­ral que se ve reflejado tanto por el desprecio insti­tucionalizado por la investigación científica como par las ventas increíblemente exiguas de los libros. A su modo, Favaloro encarna, post mortem, cierta idea de la Argentina que agoniza, de un país en que no solo sean endiosados los futbolistas cuyas proezas dominicales dominan las primeras planas y docenas de paginas interiores de diarios supues­tamente serios, los cantantes populacheros y políticos o empresarios canallescos Puede que Fava­loro no fuera realmente el paladín de aquella Ar­gentina mítica que tantos creen pudo haber existido, pero el destino de los muertos depende exclu­sivamente de los sobrevivientes, muchos de los cuales se sienten angustiados.

En la Argentina actual, se cuentan par centena­res de miles los que viven a duras penas "hasta el fin de mes" en medio de la indiferencia generaliza­da que están convencidos que de haber nacido en "el primer mundo" serían prósperos y respetados. Muchos se equivocan en todas partes abundan los que creen que la vida les ha sido injusta. Pero algunos científicos, estudiosos, escritores, músi­cos. Cineastas, artistas plásticos, arquitectos, pro­fesionales liberales, empresarios- están en lo cierto. Mientras que en América del Norte. el Japón, Europa occidental y Australia la sociedad mantiene a una clase numerosa de personas de este tipo, las honra y les asegura un ingreso mas que ade­cuado y a cambio recibe todo cuanto hace a la civilización, incluyendo un aporte imprescindible al dinamismo económico, aquí la proporción así favo­recida es llamativamente más reducida y todos quienes la confor­man, tanto los "incluidos' coma los "excluidos" ya no pueden ocultar su frustración frente a la aparente incapa­cidad del país para levantar cabeza.

A todos estos el suicidio de Favaloro les brindó una oportunidad para dar rienda suelta a sus sentimientos. Le atri­buyeron un significado que quizá no mereció "objetiva­mente" pero, tal co­mo sucedió en 1981 cuando la muerte de Ricardo Balbín sirvió de pre­texto para una semana de auto-flagelación colectiva -"necrofilia", se diría después, que tuvo menos que ver con la trayectoria o la personalidad del político recién fallecido que con el despertar de aspiraciones democráticas largamente dormidas, es también posible que su reacción sea una serial de que algo importante esta ocurriendo en el subcons­ciente nacional. Luego de tantas decepciones, lo que queda de la clase media Ilustrada, por calificarla de algún modo, está comenzando a mostrar los dientes al establishment populista que consi­dera autor de buena parte de sus males.

Que esto haya sucedido justo cuando el Gobier­no del país esta en manos de personas como Fer­nando de la Rúa que sin duda comparten las mis­mas inquietudes no es casual. De haberse matado Favaloro un año antes, los más estarían achacan­do su decisión a la crasa vulgaridad menemista, pero ya entienden que serla insensato atribuir la condición del país al accionar de una cofradía de­terminada. Saben que el problema tiene raíces mas profundas y sienten temor. Comprenden que el "malhumor" y "desaliento" que se han propaga­do a pocos meses de arrancar la gestión de De la Rúa no se deben tanto a las malas noticias económicas cuanto a la conciencia de que no solo es cuestión de la perversidad de un presidente o fac­ción política fácilmente identificable sino del mal funcionamiento del país en su conjunto, pero se resisten a aceptar que ellos mismos podrían ser una parte del problema. "Todos somos responsables" es a menudo una forma cortés de decir que otros lo son.

AI declarar al cardiocirujano mártir de la ciencia. Un héroe del saber sacrificado por "el país" o por "todos los argentinos", quienes piensan así están enviando una advertencia a los dirigentes políticos más encumbrados. Palabra más, palabra menos, les están diciendo que a menos que logren crear las condiciones para que personas como Favaloro puedan vivir sin frustraciones denigrantes la diáspora intelectual que ya se ha reanudado, cobrará dimensiones cada vez mayores hasta que la Argentina quede sin los únicos que podrían asegurarle un porvenir mas esperanzador. Y se preguntan: si un hombre mundialmente renombrado no pudo con el sistema, con aquella "maquina de impedir" que se encarga de triturar tantos proyectos grandes o pequeños, ¿qué posibilidad tendrían aquellos que por ahora solo cuentan con su Juventud, su talento y su ambición?

Fue durante el "proceso" que los argentinos relativamente bien instruidos de la clase media sitiada se acostumbraron a tomar la emigración por una opción más. Restauradas la democracia y las esperanzas muchos volvieron si bien nunca se frenó totalmente la sangría. Pues bien: Últimamente se ha renovado y parece más que probable que pronto adquiera proporciones alarmantes porque tanto los Estados Unidos como los miembros de la Unión Europea, sobre todo Italia y España, necesitan inmigrantes que sean lo bastante preparados como para cumplir las tareas, algunas sencillas, otras sofisticadas, propias de la "nueva economía" digital.

Felizmente para amebas argentinos -pero desastrosamente para la Argentina como país-, aquí se encuentra una reserva envidiable de materia humana que podría integrarse sin dificultad alguna, salvo la supuesta por la nostalgia, al "primer mundo", y sorprendería que dentro de poco no se entablara una competencia Internacional muy vigorosa por aprovecharla. Vivimos en una época en la que la inteligencia y la creatividad valen infinitamente mas que los recursos naturales, pero a diferencia de Ostos pueden irse a otra par- te por voluntad propia en busca de lo que precisan para realizarse. De haber previsto Favaloro en 1971 lo que ocurriría en el país en los treinta años siguientes, ¿hubiera regresado? Puede que si, pero en este momento pocos lo creerían. Con razón o sin ella, los más dan par descontado que al medico "lo mató el país" y sospechan que si bien su destino personal no será tan dramático, resultara mucho más triste y más estéril de lo que creen merecer y lo que es peor, que no hay nada, absolutamente nada, que puedan hacer para modificarlo.

La Universidad negocio rentable

La universidad, negocio rentable

En Chile, la educación superior se ha transformado en la gallina de los huevos de oro. Las instituciones se multiplican en forma descontrolada. Hoy hay 61 universidades y 42 institutos profesionales.

Aquellos que creen que la educación superior es, sobre todo, un servicio a la comunidad, deberían dar un vistazo al panorama chileno, donde una universidad es uno de los negocios más rentables del país.

Una cantidad indecorosa de carteles colocados en los lugares más inverosímiles, anuncios televisivos y avisos radiofónicos bombardean a los jóvenes chilenos con promesas de educación de calidad en innumerables instituciones universitarias, algunas de ellas de dudoso prestigio.

El negocio de las universidades en Chile resulta tan rentable que, desde hace unos años, se están multiplicando de forma descontrolada hasta llegar al punto de que su número per cápita es actualmente uno de los más altos del mundo.

Así, hay en Chile 5,7 universidades por cada cien mil jóvenes en edad universitaria (entre los 19 y los 26 años), más de cuatro veces que en otros países más desarrollados, como Francia y España, donde este índice se sitúa alrededor de 1,4.

Esta sorprendente diferencia se dispara aun mucho más –y llega hasta 19,3– si tenemos en cuenta la gran cantidad de institutos profesionales y centros de formación técnica que existen en Chile, como otras alternativas para los jóvenes que aspiran a la educación superior.

En 1980 no existían en Chile más que ocho universidades más o menos homologadas. Actualmente, el sistema de educación superior chileno ha cambiado de manera alarmante y está configurado por 61 universidades, 42 institutos profesionales y 105 centros de formación técnica.

Este espectacular crecimiento encuentra su origen en la reforma educativa impulsada por el régimen de Augusto Pinochet a partir de 1981, que abrió las puertas a la creación de múltiples instituciones privadas.

Además, antes de dicha reforma, el Estado financiaba el cien por ciento de los costos de las universidades, pero los economistas del régimen, aleccionados en la escuela de Chicago, consideraron que debían convertirse en empresas eficaces, autofinanciadas y competitivas.

Así se produjo el desmantelamiento de la universidad tradicional pública y la instauración de un sistema neoliberal que introdujo una educación superior mercantilizada y elitista.

De esta manera, las universidades privadas empezaron a multiplicarse y las públicas empezaron a cobrar unos gastos de matrícula tan abusivos que actualmente, en muchos de los casos, resulta igual de caro estudiar en un centro público que en uno privado.

Para afrontar estos gastos, los estudiantes disponen de un sistema de créditos que, en la mayoría de los casos, provoca que el alumno, durante los cuatro o cinco años que permanece en la universidad, adquiera una deuda que lo comprometerá durante diez o quince años más.

Así pues, la vertiginosa e incontrolada expansión de las universidades, que algunos consideran que sirvió para universalizar la educación superior y cubrir la creciente demanda proveniente de los sectores menos pudientes, caminó en sentido contrario.

Asimismo, se produjo una masificación de la matrícula y, según datos del Consejo de Educación Superior de Chile, la matrícula total que en 1980 ascendía a 118.978 alumnos, aumentó a 376.681 en 1997 y el pasado 2006 se situó en 615.421. Esto significa un espectacular crecimiento del 517% en quince años.

Fuente: Diario UNO

Los complots no existen, pero los hay

Punto de vista

Los complots no existen, pero los hay

Por Umberto Eco
Para LA NACION

Cada vez que vuelvo sobre el tema del síndrome del complot recibo cartas de personas desdeñosas que me recuerdan que los complots existen de verdad. Por cierto, cada golpe de Estado, hasta el día anterior, era un complot; se complota para controlar una empresa acumulando de a poco las acciones, o para poner una bomba en el subte. Complots hubo siempre, algunos fallaron sin que nadie se diera cuenta, otros tuvieron éxito, pero en general lo que los caracteriza es que siempre están limitados en cuanto a sus fines y su área de eficacia. Pero de lo que se habla cuando se alude al síndrome del complot es de la idea de un complot universal (en ciertas teologías tiene incluso dimensión cósmica), por lo que todos o casi todos los eventos de la historia son resultado de un poder único y misterioso que actúa en las sombras.

Este es el síndrome del complot del que hablaba Popper, y es una lástima que haya pasado casi inadvertido el libro de Daniel Pipes El lado oscuro de la historia . El libro abre con una cita de Metternich, que habría dicho, al enterarse de la muerte del embajador ruso: "¿Cuáles habrán sido sus motivaciones?" Así es, el síndrome del complot sustituye los accidentes y las casualidades de la historia por un proyecto malvado y siempre oculto.

Soy lo suficientemente lúcido como para sospechar a veces que, al quejarme del síndrome del complot, tal vez estoy dando pruebas de paranoia, en el sentido de que manifiesto un síndrome por el que creo que existen síndromes de complot por todas partes. Para asegurarme, basta siempre una rápida inspección en Internet. Los complotados son legión y a veces alcanzan cumbres de humorismo involuntario. El otro día di con el sitio www.conspiration.cc/sujets/religion/monde-malade.jesuites.html , donde aparece un largo texto: "Le monde malade des jesuites, Revue Undercover 14", de Joël Labruyère. Como sugiere el título, se trata de una reseña de todos los eventos del mundo (no sólo contemporáneo) debidos al complot universal de los jesuitas.

Los jesuitas del siglo XIX, del padre Barruel al nacimiento de la "Civilización Católica" y a las novelas del padre Bresciani, estuvieron entre los principales inspiradores de la teoría del complot judaico masónico, y era justo que les pagaran con su propia moneda los liberales, los partidarios de Mazzino, los masones y anticlericales, precisamente con la teoría del complot jesuita, popularizado no tanto por algún panfleto o por libros famosos, desde la Provinciali de Pascal hasta El jesuita moderno , de Gioberti, o los escritos de Michelet y Quinet, sino por las novelas de Eugène Sue, El judío errante y Los misterios del pueblo .

Nada nuevo, pero el sitio de Labruyère lleva al paroxismo la obsesión con los jesuitas. A vuelo de pájaro, los jesuitas intentaron siempre constituir un gobierno mundial, controlando tanto al Papa como a los monarcas europeos a través de los famosos iluminados de Baviera (que los mismos jesuitas crearon, y después denunciaron como comunistas); buscaron hacer caer a los monarcas que expulsaron a la compañía de Jesús; fueron los jesuitas los que hicieron hundir al Titanic porque por ese incidente pudieron fundar el Federal Reserve Bank con la mediación de los caballeros de Malta, que ellos controlaban, y no es casualidad que en el naufragio del Titanic murieran los tres judíos más ricos del mundo, Astor, Guggenheim y Straus, opuestos a la creación del banco. Con el Federal Bank los jesuitas financiaron luego las dos guerras mundiales que, claro, sólo beneficiaron al Vaticano. En cuanto al asesinato de Kennedy (y Oliver Stone está manipulado por los jesuitas), si no olvidamos que incluso la CIA nace como programa jesuítico, inspirado en los ejercicios espirituales de Ignacio de Loyola, y que los jesuitas la controlaban a través de la KGB, se entiende que Kennedy fue asesinado por quienes hundieron el Titanic. No podía faltar en el cuadro el Opus Dei, que controlan los jesuitas a través de los caballeros de Malta.

Dejo de lado muchos otros complots. Pero ahora no se pregunten más por qué la gente lee a Dan Brown. Probablemente estén detrás los jesuitas.

LA NACION y L’Espresso

Traducción: Gabriel Zadunaisky

Link corto: http://www.lanacion.com.ar/980179





Página/12 Web

DESAFIO MENDOCINO AL PJ CENTRO-PROGRESISTA

Jaque a Kirchner

El gobernador mendocino Jaque pidió tiempo para alejar al comando de Seineldín que tiene a cargo la seguridad. Si lo mantiene, los organismos de derechos humanos pedirán a la Internacional Socialista que rechace al PJ, que según Kirchner debe convertirse en el partido de los derechos humanos. La fiscal denunció al funcionario por crímenes contra la humanidad y el ministro Aguinaga instó a la sociedad a armarse. Una provincia fuera de control.

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Por Horacio Verbitsky

A cinco días de la normalización del Partido Justicialista, que consagrará la jefatura del ex presidente Néstor Kirchner, un inesperado desafío pone a prueba el liderazgo real del ex presidente. Proviene del gobernador de Mendoza, Celso Jaque, a quien nadie tomaba en cuenta. Sus alianzas y decisiones retrógradas en materia de seguridad, con la designación del comando Carlos Rico Tejeiro, entrenado por Mohamed Alí Seineldín para la desaparición de personas, comprometen la principal jugada estratégica de Kirchner: la redefinición del justicialismo como el partido de los derechos humanos y el ingreso a la Internacional Socialista. Mucho antes de lo que podía esperarse, se plantea así el debate acerca de qué es, qué puede ser y/o qué debe ser el Partido Justicialista en su séptima década de existencia y durante un gobierno que se declara de centro-izquierda o centro-progresista.

La acusación fiscal

La fiscal federal María Gloria André imputó esta semana a Rico Tejeiro como parte de una asociación ilícita constituida para cometer crímenes contra la humanidad. Aun así, el gobierno provincial no se decide a alejarlo. La representante del ministerio público solicitó que la denuncia contra el secretario de seguridad se acumule a las causas ya abiertas en la jurisdicción por los crímenes de lesa humanidad cometidos durante la dictadura, a raíz de denuncias del Movimiento Ecuménico por los Derechos Humanos, junto con miembros de la Comisión de Familiares de Detenidos Desaparecidos y de la Comisión de Ex Presos y Presas por Razones Políticas. Una, por la desaparición de una docena de personas que fueron secuestradas entre el 15 y el 28 de mayo de 1978 (Juan José Galamba, Margarita Dolz de Castorino, Aldo Enrique Patroni, Raúl Gómez Mazzola, Mario Guillermo Camín, Gustavo Camín, Daniel Romero, Juan Carlos Romero, Víctor Hugo Herrera, Isabel Membrive y Ramón Alberto Sosa), justo cuando Rico se hizo cargo del Grupo Especial 78 entrenado por Seineldín. La otra por las torturas a Alicia Morales en la sede de la Inteligencia policial, que Rico niega haber frecuentado. Quien debe decidir ahora es el juez federal Walter Bento.

Record negro

Durante su visita a Mendoza, la presidenta CFK delegó en el ministro del Interior Florencio Randazzo el encuentro con los organismos locales de derechos humanos que reclamaban por la designación de Carlos Rico Tejeiro. Randazzo los indignó al remitirlos a la justicia, confundiendo la situación penal con la idoneidad para el cargo. La presidenta CFK se molestó por esa respuesta banal de su ministro. Jaque tiene buenas relaciones con el Opus Dei y gobierna en alianza con el conservador Partido Demócrata, que rozó el 10 por ciento de los votos. El candidato ganso a vicegobernador, Juan Carlos Aguinaga es el ministro de Seguridad y protector de Rico Tejeiro.

Mendoza tiene un record negro. En la última década personal policial fue responsable de la desaparición o del asesinato de cuatro jóvenes, lo cual dio lugar a denuncias contra el Estado nacional ante el sistema interamericano de protección a los derechos humanos. Raúl Baigorria y Adolfo Garrido fueron detenidos en 1990 en el Parque General San Martín y trasladados en un patrullero policial ante testigos. No volvió a saberse de ellos. Pablo Guardatti fue llevado por un cabo al salir de un baile en Godoy Cruz, en 1992. Hubo quince procesados, renunciaron un jefe de policía y un ministro de gobierno, pero nunca se supo más de él. Sebastián Bordón tuvo un brote esquizofrénico durante su viaje de egresados por Mendoza y los docentes no tuvieron mejor idea que entregarlo a un destacamento policial para que lo cuidaran. La investigación demostró que lo golpearon en el destacamento, le negaron atención hasta la muerte y luego arrojaron el cuerpo a un barranco para fingir un accidente. Seis policías fueron condenados y el hecho motivó una reorganización institucional.

A las armas

La propia situación de Aguinaga se complicó cuando instó a los vecinos a empuñar las armas para defenderse de la delincuencia. Se refería a la disputa entre personas sin techo por la ocupación de viviendas construidas con fondos provinciales, siempre en número inferior a la demanda. Algunos adjudicatarios fueron obligados a dejar las viviendas por la fuerza. Aguinaga recomendó que se defendieran a tiros. Cuando comenzaron a llegar los repudios acusó al periodismo de haberlo “sacado de contexto”. Dijo que no estaba arrepentido porque sus declaraciones “tuvieron un tono docente” y terminó por callar cuando le pasaron la grabación completa de sus desatinadas palabras. Los tiempos se han acortado y los organismos defensores de los derechos humanos de Mendoza, junto con otras organizaciones de intelectuales y de la sociedad civil podrían preparar, con el asesoramiento de organizaciones nacionales inquietas por esta desembozada reivindicación de la violencia sin ley, una nota a la Internacional Socialista impugnando el reconocimiento como miembro pleno o como observador de un partido que exalta a cargos de alta responsabilidad a represores del Estado Terrorista y a partidarios de la justicia por propia mano.

La especialidad

Rico Tejeiro ni siquiera es un especialista en seguridad. Su foja de servicios y su propio descargo ante la Junta de Calificaciones policial indica que su carrera se concentró en la denominada Lucha Antisubversiva, como llamaba la dictadura la práctica de la desaparición forzada de personas, y es especialista en Acción Sicológica, Psicología y Contención de Multitudes y Control de Disturbios, disciplinas muy apreciadas por los gobiernos de facto pero por completo ajenas a la provisión de seguridad frente a la comisión de delitos contra la vida o la propiedad. Otro de los policías formados en la práctica del terrorismo de Estado y designado por Aguinaga es el comisario Pedro Chacón. En enero debió renunciar como director de Inteligencia Criminal cuando se supo que estaba produciendo informes sobre organizaciones políticas y sociales que llevaban adelante movilizaciones de protesta. CFK no tiene facultades para ordenarle a Jaque la remoción del comando entrenado por Seineldín, pese a que los organismos mendocinos defensores de los derechos humanos se lo pidieron. Pero puede recibirlos y escuchar sus relatos sobre la represión en aquellos años y el rol que desempeñó Rico Tejeiro. Sobre todo es Kirchner quien puede en su carácter de líder partidario urgir a Jaque a que cese de perturbar el diseño del nuevo PJ con estas incursiones por la edad de piedra.

Abusos en democracia

La designación de Rico Tejeiro reactivó recuerdos de su desempeño anterior. El ex consejero estudiantil y dirigente de la Federación Universitaria de Cuyo, Alberto Monetti, narró que en 1994, durante una protesta por el anteproyecto de ley de educación superior, un auto (no identificado como policial) quiso ingresar a la universidad de contramano, por la puerta de salida. Cuando Monetti intentó detenerlo, uno de los tripulantes bajó y ordenó a los otros que lo detuvieran por “resistencia a la autoridad”. Todos vestían de civil y no llevaban identificaciones. Monetti recuperó la libertad por intercesión del rector. Quien ordenó la detención fue Rico Tejeiro. El rectorado repudió la agresión y rescindió el contrato de la Universidad con Rico por la seguridad interna del predio. Monetti ignora si se había firmado con la policía provincial, con Rico o con una agencia privada, pero está seguro de que Rico era el responsable.

El 4 de octubre de 1997, el periodista y reportero gráfico Delfo Eduardo Rodríguez fue detenido en forma irregular a la entrada del Estadio Provincial, donde debía cubrir un partido de fútbol. Cuando presentó su credencial de la Asociación de Reporteros Gráficos y el Ministerio del Interior, le pidieron el DNI y como no lo tenía lo arrastraron a la Comisaría 5ª, donde con insultos lo obligaron a desnudarse y entrar a un calabozo. El operativo fue dirigido por Rico, quien conocía a Rodríguez, como organizador de los actos por José Luis Cabezas. Rodríguez denunció el atropello, que fue incluido en el Informe Anual 1998 de la ex Asociación Periodistas. Dos años después, al cruzarse en el club Hípico, Rico Tejeiro lo amenazó: “Usted y yo tenemos cuentas pendientes”. Cuando Aguinaga designó a Rico como secretario de seguridad, Rodríguez testimonió sobre estos antecedentes ante la Coordinadora Provincial de Derechos Humanos. Comenzó entonces un acoso en su contra por parte del funcionario. Como jefe de fotografía del diario El Ciudadano (propiedad de José Luis Manzano), Rodríguez envió a un reportero gráfico a cubrir un operativo comandado por el propio Rico en barrios de la periferia. En presencia del secretario de seguridad un funcionario policial transmitió un mensaje intimidatorio: “Ah, vos trabajás con el Delfo Rodríguez, ¿sabías que hizo una denuncia muy fuerte contra Carlos Rico?”. La persecución llegó al lugar de trabajo. Rico es amigo del gerente general de El Ciudadano, Carlos Fontana, quien envió un telegrama a Rodríguez acusándolo de inconducta por su tarea gremial en el Sindicato de Prensa. Fontana prohibió el acceso de Rodríguez a su lugar de trabajo. Tres policías en bicicleta y otros dos en patrullero se presentaron para hacer cumplir la orden, que ninguna autoridad competente había emitido. Por último, la noche del domingo pasado la hija del gremialista, Sabrina Rodríguez, fue atacada por tres hombres que la golpearon y la arrastraron en pleno centro de la ciudad.

Reacciones

El foro de profesionales e intelectuales “Corriente de Opinión Ciudadana” pidió al gobernador Jaque que destituyera a Rico Tejeiro y a los demás comisarios denunciados por su actuación durante la dictadura. Olga Ballarini, Jorge Barandica, Roberto Chediack, Ennio Fattiboni, Roberto Follari, Elsa Pizi, Luis Triviño y Pedro Zalazar sostienen que la Justicia deberá determinar si cometieron delitos. “Pero es responsabilidad del Poder Político nombrar y reemplazar a los funcionarios; y para ello no se requiere de ninguna prueba judicial, sino sólo la clara voluntad democrática de no designar como funcionarios a quienes participaron en forma activa de la dictadura”. La asociación civil Club Plural, de Guaymallén, integrada por comerciantes, profesionales, empresarios y académicos, sostuvo que el sistema democrático no puede cometer peor error que designar al frente de la seguridad a quienes tuvieron a su cargo “el ejercicio de la ilegalidad más grande que se haya conocido en la Argentina, como fue la maquinaria perversa y sangrienta, ilegítima e ilegal de la última dictadura militar”. El horror de las víctimas de la inseguridad actual no justifica que un gobierno elegido por el voto popular, ponga en funciones a hombres denunciados “no por cuestiones triviales o menores, sino por haber sido, por lo menos, cómplices de la detención, encarcelamiento ilegal, tortura y hasta desaparición de personas”. También una coordinadora de organizaciones de mujeres, repudió “la brutal revictimización” que Aguinaga hizo sobre una víctima del terrorismo de Estado. Alicia Morales identificó a Rico como uno de los hombres que la tuvo secuestrada en el centro clandestino que funcionaba en la sede de la inteligencia policial, el D2. Según las organizaciones, Aguinaga suministró al senador de su bloque Aldo Giordano información descalificatoria, sobre un juicio por estafa contra la testigo, como si eso menguara la contundencia de su relato sobre Rico. Las mujeres le recuerdan al gobernador que la Argentina “ha puesto por encima de todas las leyes los tratados internacionales de Derechos Humanos” y le advierte que el mantenimiento de Rico Tejeiro expone a los testigos que este año deberán declarar en las audiencias orales contra los militares de la dictadura. Indeciso sobre el curso a seguir, Jaque temía ser abucheado este fin de semana en los actos por el día de la Vendimia.